ROBERTO OLIVAN
Creador internacional, inicia su formación en el Institut del Teatre de Barcelona y en la escuela P.A.R.T.S. de Bruselas. Será la capital belga el punto clave en la solidificación de su trayectoria artística. Da sus primeros pasos como bailarín profesional trabajando en la prestigiosa compañía Rosas, dirigida por Anne Teresa De Keersmaeker. También ha bailado bajo la dirección de los reconocidos creadores Robert Wilson, Tom Jansen y Josse de Pauw.
Actualmente, Olivan es el director de R.O.P.A. – Roberto Olivan Performing Arts, compañía de danza que nace en Bruselas en 2001. Asimismo, dirige el Festival Deltebre Dansa, evento internacional celebrado anualmente desde 2004 y del cual también es el fundador.
Olivan también crea encargos para compañías de danza, universidades, escuelas, conservatorios y centros de danza de todo el mundo. Su carrera ha sido muy versátil. En los últimos años, ha estado impartiendo clases y talleres alrededor del mundo, además de desarrollar su carrera como coreógrafo y bailarín en el sector cinematográfico.
Ha sido el director artístico de importantes eventos culturales y miembro del jurado en varios concursos de danza. Ha participado en encuentros sectoriales del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y forma parte del Consejo Asesor de Cultura de la Generalitat de Cataluña en el área de les Terres de l’Ebre (Cataluña, España).
Carrera intensa reconocida mundialmente: Premi Nacional de Cultura 2014 (Cataluña, España), Premi Ciutat de Barcelona 2013 (Cataluña, España), Premio FAD Sebastià Gasch de las Artes Parateatrales 2012 (Cataluña, España) y Premio a la Creación Contemporánea SACD 2001 (Bélgica) de la Société des Auteurs et Compositeurs Dramatiques, además de varias nominaciones.
EL INSTINTO COMO FUENTE DE MOVIMIENTO
Roberto Olivan trabaja la danza desde la fisicalidad, el poder del cuerpo y la técnica, llevando el cuerpo a situaciones extremas. La meta es hacer perder el miedo al movimiento en un contexto específico. El taller está especialmente enfocado en generar material dancístico a partir de nuestro instinto animal y de nuestra propia creatividad. Asimismo, también ayuda a reforzar la confianza del grupo construyendo conclusiones seguras a partir de situaciones difíciles.
Moverse eficientemente se convierte en un factor importante, pero no es el único. También hay que trabajar con la gravedad, la percepción de las sensaciones internas, como la respiración, y la visualización de la energía liberada por el movimiento. Este entendimiento del cuerpo, une la mente y la estructura física y los relaciona con las energías espaciales hacia uno mismo y hacia los demás.
En este sentido, el cuerpo se transforma en una herramienta de proyección de flujo físico y emocional. La fuerza de las imágenes mentales, como líneas y estructuras alrededor y en el cuerpo que nos definen y ayudan a entender mejor la funcionalidad del cuerpo.
Después de aprender y usar distintas técnicas de danza, Olivan descubrió las limitaciones de éstas en la expresión artística. Y aunque acepte la necesidad de estas técnicas convencionales, es consciente de que su uso exclusivo puede provocar una carencia de la libertad en la danza y en los mismos bailarines. Es por ello que Olivan está embarcado en la búsqueda constante de la libertad que crea nuevas formas, refinando su técnica para desarrollar un lenguaje único que pueda ser definido como su propio estilo, un lenguaje centrado en la velocidad y la precisión.
