LAILA TAFUR
Laila Tafur trabaja mayormente sobre las fronteras, entre la imagen y la acción, el performance o la instalación. Usa el cuerpo como herramienta que trasciende el campo físico y teórico, tratando de mantener despiertas cuestiones como popular/elitista, belleza/utilidad, bien hecho/mal hecho.
Nacida en Granada en 1984, su carrera se ha desarrollado entre la Universidad de Arte de Islandia, la Politécnica de Danza de Lisboa y finalmente se gradúa en el Institut del Teatre de Barcelona. . En 2018 se traslada a Madrid para cursar el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual del Reina Sofía y actualmente se encuentra dentro del Programa de Estudios Independientes del MACBA. También es becada en el American Dance Festival y Movement Research de Estados Unidos, recopilando en cada lugar un amplio archivo de experiencias, habilidades, prácticas e información alrededor de la pregunta qué es performar.
Entre sus trabajos se encuentra el solo Mi arma, premiado en el Certamen Coreográfico de Maspalomas, Drone también premiado en el Certamen coreográfico de Madrid y Monstruo, nominado por los premios de la crítica de la ciudad de Barcelona como mejor solo y mejor intérprete femenina. Como intérprete ha trabajado para Xavier Le Roy, Jerome Bell, Albert Quesada, Carmelo Fenández, Janet Novás o Lipi Hernández.
En la actualidad investiga sobre las grietas entre los estatus y disciplinas, centrandose en el encuentro entre la música, el pensamiento crítico y el cuerpo. Con las piezas Concierto amateur, el Cuerpo de la canción y Cobalto, formaliza desde perspectivas distintas dicha investigación.
INTENSIVO
DEL SABER AL SABOR
¿Dónde está el límite? ¿el placer es una brújula fiable para seguir bailando y atravesar esos límites? ¿puedo encontrar el placer en el propio malestar? ¿cómo estar aquí y ahora sin anticiparme? ¿es posible crear contextos placenteros para ayudarme, cuáles son esos contextos? Estas preguntas son frecuentes en mi trabajo como creadora, y por lo tanto centrales en mi práctica y propuesta formativa.
Mi interés comienza en el cuerpo y sus posibilidades de movimiento. A partir de manipulaciones en pareja podremos activar la conciencia de la estructura ósea y su mecánica, el tono muscular o la tensegridad del sistema fascial. Gracias a un cuerpo disponible y suavemente alerta, la atención se desplaza a la generación de un vocabulario de movimiento basado en herramientas de improvisación que acoten sin encorsetar el baile.